Os voy a comentar hoy un aspecto específico para la gran cantidad de población que tiene la tensión alta. El ejercicio físico es saludable para toda la población y en concreto también para la gente que tiene hipertensión moderada o una tendencia a la hipertensión. La explicación es muy sencilla. Si haces un rato de ejercicio con relativa intensidad y sudando bastante, puedes llegar a perder un kilo de sudor.
En realidad, ese kilo no es de grasa y no se trata de adelgazamiento, sino de pérdida de peso. Pero cuando uno pierde un kilo de sudor, o sea, un litro de sudor, ha perdido un litro de agua y sal. Si tienes la tensión alta entonces te conviene, después de sudar, tomar un litro de agua, es decir, tomar la misma cantidad de agua que has perdido en forma de sudor. El resultado neto es que si pierdes un litro de agua y sal (sudor) y recuperas un litro de agua pura, lo que has hecho es perder sal que es precisamente lo que te conviene si tienes la tensión alta.
Por tanto, si tienes la tensión alta no tengas miedo a sudar. Es bueno. Haz ejercicio, suda y rehidrátate con agua. Tu cuerpo lo agradecerá. Pero ten en cuenta que siempre que se trata de enfermedades (y en general siempre que se intervienen en la salud) lo que te doy son normas generales.
Por este motivo, como siempre insisto, es importantísimo que pienses en que todo debe ser personalizado, un ejercicio físico específicamente diseñado para ti. Consulta con un médico que sepa exactamente lo que te conviene. La idea general, sin embargo, se mantiene: si haces ejercicio, sudas y luego recuperas con agua, y así estás contribuyendo a tu bienestar en general porque vas a ayudar a mantener tu tensión baja.
Saludos del Doctor Viña
¿Sabes que un gramo de alcohol contiene siete calorías? Un vino normal tiene un 13% de alcohol, es decir, unas 90 calorías por cada 100 mililitros de vino. Una botella de tamaño estándar de ¾ de litro contiene aproximadamente 700 calorías.
Así que beberse media botella de vino supone darle al organismo unas 300 calorías. Como en todo, la recomendación de ingesta más saludable es la de la moderación: como máximo dos vasos de vino al día (150-200 calorías), uno en la comida y otro en la cena, siempre y cuando tu organismo esté sano.
Si estás siguiendo una dieta debes tener mucho cuidado no sólo con el vino sino con el alcohol en general. El nivel de alcohol y, por tanto, de calorías, de cualquier bebida destilada como coñac, whisky y ron es del 40%.
También hay que estar alerta con la cerveza ya que aunque pueda tener un más de un 4% de alcohol, es decir, la tercera o la cuarta parte del que tiene el vino, por lo que existe más facilidad y predisposición a beber más cantidad. Además, a las calorías del alcohol de la cerveza se añaden las de los azúcares disueltos que se incorporan en la mezcla de su composición con los refrescos.
Mi recomendación principal es la de olvidarse del alcohol mientras sigues una dieta, si lo intentas y piensas que no te compensa dejar de tomar alcohol, toma únicamente las recomendaciones que ha probado la ciencia actual: un vaso de vino en cada comida, no más de eso. En caso contrario, muchos de tus esfuerzos limitando la ingesta de comida, resultarán infructuosos porque las calorías las estarás tomando sin darte cuenta en forma de alcohol.